Quique González saca nuevo disco y aquí dentro suena la banda sonora de nosotros dos. Seguramente tú ya no cantas ni una de aquellas canciones ni danzas la melodía cuando recuerdas lo que nunca llegamos a ser. Seguramente iré escuchando un tema tras otro y tus ojos tristes se asomen a los estribillos y en el silencio que se oye en el después de cada canción, amanezcas, otra vez, alejándote como en todos los atardeceres que sufrí. De aquellas noches oscuras del alma no queda ni rastro pero los restos me habitan, los que yo seleccioné: el amor ancho que existía en mí a través de ti. Con eso me quedé ya para todos los siempres, con mi capacidad de amar que ya nada me podrá arrebatar.
La vida es ahora
Y ahora, ahora, ahora también... Ya.
sábado, 2 de octubre de 2021
No se irá
viernes, 10 de septiembre de 2021
Para los que EL ARTE sí que era lo de HELARTE DE FRÍO
Es mi sobrina Ada y quizá sea el próximo cuerpo/alma que pinte. Y la utilizaré, a la pintura y a la mujer que es, para manifestar lo que soy.
lunes, 6 de septiembre de 2021
Si nos utilizásemos bien
Es un poco pronto, es desmesurado lo que has sentido, no es tiempo, no puedes querer eso, creo que es un poco extraño, no creo que seas quien para...
Y así, una y otra vez, siento ninguneadas mis formas. No espero el permiso de nadie para sentir lo que es, solo aspiro a ver lo que hay, lo que surge, lo que sale. Luego podré, tal vez, encauzarlo, llevarlo al puerto adecuado de dónde vivo, pero no pienso ningunear lo que me ocurre, silenciar lo que prefiero, expresarme... Manifestar lo que ya es y pasa dentro. Es imposible sentirme en calma cuando muestro algo distinto a lo que me ocurre, cuando disfrazo, traduzco o sutilizo aquello que me ocurre.
Que se queden con sus formas y sus maneras, sé lo que me gusta, sé cómo me gusta, sé lo que quiero que se manifieste. Cuantas más veces, sin temor, lo exprese, más amplitud de movimiento tendré, más libertad sentiré, más datos, más información de lo que pasa y más capacidad para ser, para SER.
Estoy cansada de inventar un personaje para la ocasión, para que lo quieran y lo admiren y lo arropen. Ninguno de esos amores satisfará mis deseos. Estarán queriendo a alguien que NO soy yo y dime tú a quién puede servirle eso...
Harta de ser comprensiva, de entender al otro, de admitir y justificar sus maneras obviando las mías. Quiero algo, esto, lo que sea. El otro quiere otra cosa. No hay camino juntos, hay barcas paralelas más no un mar de amor que se parezca un poco al que yo 'ofrezco', al que yo expreso.
martes, 31 de agosto de 2021
Espasmos
A esta bandada de pájaros que no dejan de volar, a este corazón al que embisten las penas y el llanto, a esta incomprensión que galopa por encima de mí. A esta soledad que nunca está sola aunque lo finja y se haga grande para ver si así, yo qué sé, entendiéramos de una vez qué es esto del vivir.
A la locura que juzgo como tal cuando los mundos ajenos, extraños, mágicos e inventados se apoderan del espacio y de este tiempo. A esta mirada que no entiende, llena de asombro, cómo pueden vivir así, tan muertos todos estos que me rodean.
A la individualidad que escribe esto, a la incomprensión de quienes quizá lo estén leyendo, llevadme al mar desde donde no se pueda volver y dejad que allí construya de nuevo otra ciudad, otra historia, otra memoria, otro tesoro que descubrir, más joyas que regalar.
No sé quién soy ni lo que hago aquí, a veces solo en un abrazo, y en silencio es donde puedo entender algo de todo este sueño al que todos llamáis nacer.
sábado, 21 de agosto de 2021
De cuando descubrimos que respetar era obedecer
Pero confundimos el respeto con el miedo y nos doblegábamos aterrorizados aparentando que respetábamos a los más altos, a los mayores, a los profesores, a los padres y a todos aquellos que extendían su dedo índice sobre nuestra sien. Decían que éramos educados, correctos y buenos pero aquello no era más que la conducta resultante de sentir en el pecho la losa enorme de la autoridad, las estacas de una feroz mirada que nos aterrorizaba al despertar. Yo no supe lo que era el respeto hasta que pude explicarle a los demás cómo me gusta ser tratada. Eso no tiene nada que ver con el miedo inculcado que en el entre líneas de las reprimendas aparecía como un dragón de ocho cabezas y setecientos millones de colas abofeteándonos el corazón. Era obediencia, era sumisión, era acatamiento. La mayoría de las veces le temes a algo que no sabes qué es. Suele pasar que el miedo es un concepto tan atroz que ni siquiera te permite reflexionar, preguntarte qué pasa, qué hay detrás. Paraliza y bloquea y te conviertes en un siervo, en un esclavo, en un pequeño ser que es domesticado desde la cuna a la tumba donde un día pondrá: 'anda, mira, otro muerto de miedo'.
El respeto es esa otra cosa que da alas a la diversidad, que no oculta ni una sola de tus peculiaridades, la gestión de la convivencia de las diferentes formas, las limitaciones intrínsecas a esa misma convivencia, la coexistencia del mundo íntimo y los demás, lo que ahora sí y después quizá no, la tolerancia a las partes, la inclusión del todo, el cómo vamos a trabajar que tú y yo quepamos en este mismo lugar. Nos confundimos y llamamos respeto al miedo que nos acongojaba, que nos mutilaba, que nos fragmentó y que, menuda putada, nos dio una identidad que creímos real y lo que es peor, como un único modo de funcionar.
Escuchaba el otro día, no, eso no lo hacemos que si no, no sé quién se enfada. Es ese un pequeño ejemplo, a los cuarenta y ocho años de quien lo esbozaba, de cómo el pánico se cuela en la conducta y perpetúa la celda en la que te crees en libertad. Si dejo de hacer algo porque otro se enfada, él manda, él decide, él lleva el timón. Tú no, tú hace siglos que nos sabes si eres o si te han enseñado cómo tienes que ser.