miércoles, 11 de agosto de 2021

Me lo contó absolutamente todo sin decir ni una sola palabra

"No te entiendo", oigo entre los murmullos de algunos que me leen, 'me cuesta seguirte, me llega de algún modo pero no consigo descifrarlo'. 
Llegar, con ese verbo basta, llegar y atravesar algún muro de los que hemos creído que nos conforman. A veces no todo tiene que pasarse por el filtro del pensar, qué cansados somos, qué poseídos podemos llegar a estar. 
Hablaba anoche con Estefanía de las sectas que llevamos en nuestras cabezas. Adictos al razonamiento, hemos llegado a obviar otras formas de comunicarnos. No es que crea yo que mi forma de hablar es la correcta y que quienes no me entienden tienen un problema, aquí problemas tenemos todos, no te flipes, comunicar, interpretar, entender, lo de comprendernos poniéndonos en otro lugar (como si no me bastara con no entender el mío). Digo que cuando escucho esas cosas, vuelvo siempre a mí, ¿qué cosas percibo que no necesito 'pensar' o traducir al lenguaje de las palabras para sentir que son verdad?
¿Tú sientes más allá de lo que dices ser? ¿Tienes que contarte todo el rato lo que te ocurre o puedes atisbar quién eres cuando admiras algo de belleza en el mundo habitual? ¿Siempre tienes que contar una historia cuando miras un amanecer o percibes que es 'verdad' sin ni siquiera explicarlo?

Creo que es 'por ahí', que la mayor parte del tiempo es en ese lugar, desde ese lugar, hacia ese lugar donde somos más nosotros que en ninguna otra historia que nos contemos para entender la realidad. 

1 comentario:

José A. García dijo...

Todo el mundo habla de la "era de la comunicación", pero sólo para esconder la verdad sobre la incomunicación habitual y normal entre los seres.
Para peor, cuanto más cercanos más difícil aún.

Saludos,
J.