sábado, 19 de septiembre de 2020

Las soluciones eficaces para problemas inexistentes

 Solo quiero que seas un bálsamo, solo quiero utilizarte como aceite para esta sequía de amores buenos. Que vengas, en un espasmo de egoísmo personal, a borrar penas y carencias. 

Son mis heridas y las lágrimas y los agujeros y pretendo, confusa, rabiosa y omnipotente, someter tu voluntad a mis deseos. Que seas bálsamo, decía, tu abrazo como refugio, unos besos como salvamento, pertenecer a algo a través de tu carne para el olvido pasajero; recurrir a ti para volar por los aires la soledad que me invento. 

Cuando vuelvas a irte, fingiré que me dejaste llena, que menos mal que viniste, que ya estoy mejor, sin dolor y sin ver de frente el vacío. 

Todo es mentira, pero cómo le gusta a las ideas, y a mí cuando me aferro a ellas, creer que han solucionado un problema. 

No hay comentarios: