domingo, 12 de enero de 2020

Mírame

Veo sonreír a la mujer en la mesa de siempre. Viene todos los días a desayunar donde yo llevo haciéndolo desde hace casi diez años. Tiene rotuladores y su bolso parece una galaxia llena de planetas; ahora saca la libreta, ahora el color rojo, pañuelos, dos folios, una bandada de pájaros. 
Casi siempre está sola, aparenta estar sola mas en su mundo debe haber tanta gente... Un personaje que escribe, otro que dibuja, dos que colorean, uno que inventa...
Me gusta verla sonreír sin que haya nadie que le haga sonreír salvo sus propios elfos y las hadas y los duendes y los gnomos que debe llevar en el mismo bolso.
Me pregunto qué hace con los monstruos, si tiene muchos como los otros o si los lleva disfrazados de fantasmas debajo de cuya sábana no hay absolutamente nada.
La miro así, con esta ternura con la que escribo y la describo. Sé que es dulce, sé que también está triste, que quiere estar contenta y que alberga tanta vida que hasta este texto necesita cuando siente que nadie la mira. 

Por eso me escribo. Por eso me miro desde fuera cuando siento que nadie más lo hace. 


1 comentario:

José A. García dijo...

Nadie mira nada. Salvo que esté en una pantalla, entonces sí, todos los miramos, por las dudas.

Saludos,

J.