domingo, 22 de diciembre de 2019

Quédate donde te abracen sin pedirlo, donde te acarici... basta. Cómo voy a quedarme en un lugar que no existe para mí, que no está, que no sucede, que no aparece. Cómo voy a quedarme en el irreal mundo del amor que no se me muestra ni se me brinda. Cómo voy a quedarme tanto rato en lo que inventé, imaginé y perfeccioné en una mente que siempre anda hablando de carencias en vez de mirar lo que sí está.

Veo a las personas quererse, las veo mirarse, tocarse las manos debajo de los manteles, también veo a las personas desperdiciar el milagro del encuentro, estar casados y olvidar el secreto, el milagro, la suerte de tenerse. Veo amor a raudales y enamorados que se sienten presos. Veo en mi espejo un solo cuerpo que añora ser acogido, observado. Que añora la mirada atenta, precisa, directa y focalizada. Y aún así también me quedo ahí, conmigo y mis heridas, conmigo y lo que falta, conmigo y con la historia que me cuento. 

Soy una mujer nueva, es la número catorce de todas las que he vivido y también ahora quiero explorar, investigar y descubrir qué tipo de enamorada seré, qué cualidades desarrollaré, qué seré capaz de crear de la mano de otro con las mismas ganas que yo. Me apetece crearla. También me apetece renacer ahí. 




1 comentario:

José A. García dijo...

Lo que no se da no se exige ni se reclama.

Saludos,

J.