miércoles, 20 de noviembre de 2019

Hay quienes siendo verano no pueden vivir en la antártida

Hay personas que necesitan de la naturaleza y otros del deporte. Hay quienes sienten pasión por la cocina, por la lectura, por los museos o por los niños pequeños. Buscan esos ratos en los que poder regalarse la calma que les aporta llegar a puerto. 

Yo siempre he necesitado afecto. Abrazos y cuevas humanas donde refugiarme del frío. No conozco a ninguna de esas personas juzgándose por ello, diciéndose a sí mismos por las mañanas que no, que no pueden querer eso. Que es mejor que prescindan, que deben ser felices sin tenerlo, sin usarlo, sin cumplirlo, que la felicidad, llámale paz, calma o lo que te salga de ahí, debe alcanzarse incluso sin tener lo que parecen necesitar. 

Yo sin embargo me peleé conmigo todo este tiempo. Hace ya años que no hay batallas internas y conflictos sin resolver, pero aún vuelve de vez en cuando el cartel de 'sí, pero ojalá fuese que no'. 

Ayer hablaba con Pé, un amigo psicólogo al que admiro desde hace años, y me lo dijo así tal cual lo cuento. Soy una persona necesitada de afecto, de amor, de recibirlo y de darlo. 

No he vivido una sola relación en mi vida que me aportase de manera continuada y tranquila aquello que me gusta. Y cuánto me juzgué por ello. 

Era mucho más simple de lo que construí. Era tan simple como saberme necesitada de amor. Me gusta el amor. Me gusta. ¿He dicho que me gusta? Pues me gusta. Y mucho. Más. Y si a una persona a la que le gusta la naturaleza, el deporte, cocinar, los niños pequeños y admirar obras de arte, la mantienes muchos años sin eso, no tiene por qué sentirse feliz y brillante y entusiasmada. Quizá le falte eso. Que no va a morirse de golpe, que no va a estrellarse desde el décimo hasta el suelo por no poder ver el mar cuando lo que más ama es nadar, pero no me exijas, alma mía, brincar en los charcos, destellos en los párpados y flores en la espalda, déjame que anhele lo que siempre quise, dormir abrazada a un corazón entregado, como dispuesto y abierto y disponible anda el mío. 

2 comentarios:

El Árbol Rojo dijo...

Así es.... <3

Bubo dijo...

Amargarse por una casualidad es una gilipollez. Si algo te gusta... a por ello.