sábado, 16 de noviembre de 2019

Es más fácil ver de dónde viene la luz desde una habitación a oscuras

Tenemos los vencidos ganas de ganar, de salir de las mazmorras, de ser los escogidos. Lloramos y renacemos en solo dos minutos y vuelta a empezar. 

Todos los caminos están cerrados, nos presentamos en las puertas y nadie nos abre. Una rendija, un poquito más de luz y cuando vamos a meter la cabeza una guillotina con forma de corazón nos vuelve a cortar la respiración desde dentro. 
Un poco de suerte, eso de lo que hablan los demás, vamos a ponerle flores al destino y luego, algo parecido a la soledad. Había un jardín en sus orejas pero también mintió como mienten quienes hablan desde el eco en vez de abrir las puertas. 

Otra vez, de nuevo otra vez. Anoche lloré cuando volvía a casa, no podía parar, todo el camino lloviendo dentro, tiré una cuerda de salvación al que sentí como amor de mi vida. Que te quiero, le dije. Me sirvió para saberme incógnita y respirar. 

Si no fuera porque puedo escribir de estas sombras, no podría seguir bebiéndome la luz. 

1 comentario:

José A. García dijo...

No quisiera ser elegido más que bajo mis propios criterios de selección. Lo demás ya carece de sentido.

Saludos,

J.