domingo, 14 de julio de 2019

Tener pareja no es lo mismo que amar

Amar, del verbo entendernos y pasar un rato juntos viendo esta gran obra de teatro. Amar de contemplarnos y ya está, de saber querernos, con lo que somos, con lo que haya. 
Amar y escuchar, amar y abrazar pidiéndote permiso antes de hacerlo. Respetar tu paso, mirarte a los ojos, hacerlo, lo de amar, hacerlo de pie y en la cama y en los probadores de todas las tiendas de flores sin secar. 

Amar el verso, los poemas enteros, ese final que podemos cambiar, el durante y el detrás de los malentendidos donde siempre encontraremos el acuerdo. 
Amar el hecho, las palabras, lo que sentías cuando me sentí regular y lo que supiste explicar después. Tolerarnos los altibajos, danzar a la vez, a espasmos o un vals, o el rock and roll que crece en los bares cuando entramos.

Amar el tacto, oírte cantar, el olor del cuello, las noches sin dormir. Amar los planes que no haremos y los quehaceres y la rutina y este horario que me va fatal y los espacios libres y abiertos y descubiertos para los dos. La mesa del rincón, la Barra de Luis y el resto de bares que conquistaremos al pasar. 

Amar, del verbo tumbarnos esta tarde, en la resaca de los tiempos muertos para volver a nacer, para volver a parirnos dos, juntos, con ganas de estar juntos sin ningún otro compromiso que el de amar. 

Amar de amarnos de verdad. 

1 comentario:

Recomenzar dijo...

Muy buen texto diferente sin lugar a dudas