Como un camaleón que se camufla entre las hojas de un árbol llamado trabajo. O alcohol. O un poquito de sexo no le viene mal a nadie. Como un camaleón que se pervierte y finge y se acoraza. Como tú cuando te escondías entre la maleza de los proyectos y los conciertos y el no dormir y no comer ni comida ni del otro alimento.
Aún te recuerdo, anoche me volví a dar cuenta que siguen estando llenos de ti algunos ratos. Y pasas fugaz por mi desnudo, porque ahora duermo desnuda sabes, por fin, tan libre, tan suelta, tan esbelta.
Y entonces ese peso dentro y querer volar y poder hacerlo y verte seguirme a todas partes. Que ya sabemos todos que no me sigues tú, pero el que inventé, míralo, tan risueño, tan consciente, tan esbelto y tan desnudo también.
¿Puedes los camaleones dejar de hacerlo? ¿De camuflarse? ¿Tú qué dices?
No hay comentarios:
Publicar un comentario