miércoles, 20 de marzo de 2019

Olas de desdicha

Escribo para abrir la fuente, para descorchar el llanto, para extirpar lo que se me hace denso. Escribo para no ahogarme; los diques, las presas y en el rompeolas poder deshacer esta pérdida. 

Escribo esto para derramarme, de nuevo. A veces es la alegría arisca en los huesos la que precisa de la risa. Y ahora estas lágrimas externas, como resultado de las palabras, dando vida a la tristeza que, agoninzando, no se moría dentro. 

Escribo para entender los nudos, para ordenar la madeja, para saber que lloro porque me falta el amor desnudo, porque me canso de imaginarlo y no verlo, porque me voy al futuro e intuyo que allí, tan lejos, tampoco podré bebérmelo.

Todo eso se amontona, todo eso se agolpa, necesito tanto llorar que pruebo a escribir la ausencia. Así, al verla, de frente y delante, con la forma de la a y la u y todas las demás letras, se rompe, estalla entre las líneas, se nombra y desmorona en el párrafo y quizá yo pueda, después de escribir, andar más suelta.



4 comentarios:

JLO dijo...

bellísima entrada... y eso de "ordenar la madeja" es preciso porque escribiendo se entiende un poco mas lo que uno siente... por lo menos a mi me pasa...

así que escribamos todo, besos...

Nebroa dijo...

Totalmente... Sirve para muchas cosas, sí. A veces desenreda, a veces explica, a veces ordena, a veces solo es 'magnificar' un pequeño sentimiento/pensamiento, como un zoom a lo que hay dentro. A veces es placer, a veces simple pasatiempo... En fin, todo eso. Pero esta, en concreto, fue para poder arrancar a llorar. Y funcionó!

JLO dijo...

y el llorar en general limpia todo... me alegro entonces...

Nebroa dijo...

Sí... el agua salada, ya sabes! Gracias!