domingo, 24 de febrero de 2019

Los caballos desbocados de una mente sin domesticar

Pelead como fieras, sacad los dientes. Que la ira os posea cuando dentro palpite la rabia. Como serpientes sangrientas, como salvajes garras afiladas. Soltad por la boca hiriente todos los mazazos en punta que ni siquiera es posible imaginar. 

Que cuando no se mira y no se piensa y no se reflexiona y no se observa dentro lo que arde, lo que ruge, lo que os inquieta, esa será la única forma que tendrá el monstruo para salir a desvanecerse. Que cuando no se para, no se frena, no se abre, no se cuenta, solo esa será la manera natural que tiene una psique de descargar todo aquello que no tolera. 

Eran fieras gritándose, criaturas poseídas por la furia, eran eso por más que tuvieran el mismo aspecto que dos de mis hermanos. 

Estoy en la selva, a veces todos lo estamos. Hay tan poca conciencia emocional que todo salta por los aires cuando prendes un pequeño fuego. Todo se quema. Siento, a veces, que esa es la única manera en la que algunas manadas han aprendido a relacionarse. 

2 comentarios:

Pitt Tristán dijo...

La fuerza de tu texto revela un sexto sentido. El que te permite acceder a una dimensión ajena a los otros cinco.

Enhorabuena.

Nebroa dijo...

Oh... Hola. Hay muchos más que cinco. Ya lo sabías tú, a que sí!? Aunque nos hacen creer que solo a través de esos vamos a percibir todo este sublime despliegue de nolosés!!