martes, 6 de noviembre de 2018

Extremos

Aún tienen poder algunos ojos tristes. 

El poder de arrugar los míos y lo que la mañana del lunes era brisa fresa sacudiéndote de la cueva resultó ser libertad para ti y deshechos para mí. Somos el apoyo de quien se siente débil aunque la mayoría de veces, la recién estrenada fortaleza ajena ya no vuelva para ver si es ahora cuando tu debilidad salió de la trinchera. 

Vuelvo a mí y a mis anclajes, a saberme dueña del junco que no se quiebra. Pero ay del poder que otorgamos al alrededor cuando nos sentimos solos en la isla desierta. 

Me quemo por dentro y se me hacen trizas todos los abrazos con los que iba sostener el mundo. La dulzura que ofrecí es ahora un déjame en paz bien grande debajo de cada paso que doy. Voy al taller de poesía esta tarde deseando vomitar entre rimas las garras asesinas que, espero, se carguen lo que me ocurre. 


2 comentarios:

Laura dijo...

Y que tal ese taller? yo también he pensado en hacer uno....pero no me acabo de decidir. un abrazo.

Nebroa dijo...

Hola Laura! A mí me gustó! Por qué no te acabas de decidir!? Al fin y al cabo si no 'esperas', lo que sea que te encuentres será 'bien'! Así que adelante. A mí me sirve para abrir cosas de dentro. Si te llama la atención, prueba! Siempre puedes irte a los diez minutos de empezar! jajaj