sábado, 8 de septiembre de 2018

Incompatibilidad personal

Antes peleábamos, ahora dialogamos. Todas las voces que me habitan agonizan por contradicción. Unas quieren el mar y otras, vestidas de marrón, atraviesan los desiertos que se me aparecen al crearlos yo.

Antes, enfrentadas, nos subíamos al ring y a voces, nos maltratábamos. La pelea nos dejaba tan exhaustas que por la noche, después de cenar, el estómago eran un hervidero de serpientes enredadas entre sí. 
Ahora, que las contradicciones continúan y los opuestos conviven en el mismo salón, tomamos café y conversamos de lo bien/mal que estamos acá. 

Nadie compite y nadie vence, nadie pierde ni tampoco empata. Todas somos lo que soy yo: Una cloaca con vistas al mar, un palacio sin balcones, lluvia torrencial, nubes de algodón. 
Hay espacio para crear, para hacer, para decir y callar. Siento la afrenta, noto el escozor. Hoy se paseó una de ellas mientras todas las otras le decían que no. Sigue la escarcha, persiste la contienda. 

Y aquí seguimos, el griterío está dentro mientras la que escribe (también) soy yo. 


1 comentario:

El Árbol Rojo dijo...

Somos, siempre somos, ( ay , creo y siento eso ) pero no siempre estamos ...
<3