domingo, 9 de septiembre de 2018

Compartir un sueño lo hacía real

-¿Ves ese lugar para los dos? ¿Ves las nubes, los girasoles, el olor a azucena? ¿Ves los racimos de uva deseando ser comidos, los poemas, las alas del ruiseñor?
Pues no existe. 




El jardín de los imposibles, como dice Quique en no sé qué canción es lo que veo yo. Los muertos del cementerio saliendo de sus cloacas mordiéndonos los pies. El vendaval asolando los restos de futuro que apenas podíamos ya imaginar. ¿Lo ves también? ¿Ves todo eso entremezclándose? Mira los pájaros en los que nos íbamos a subir, nuestro hogar, sin una mísera pluma con la que podernos acariciar. 

Tú quieres reír aún, emborracharnos con un poquito de sexo algún que otro fin de semana. Y volver a hablar de la estación donde cogeremos un avión y un autobús y un tren que no sé dónde nos llevará. ¿Ves la ilusión? ¿Ves cómo te aferras a un mañana que no existirá? Estamos juntos, a veces, me refiero en la misma habitación. Y somos tres, nosotros y los cuatrocientos kilómetros de distancia en los que nos hemos convertido tú y yo. 




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