Siempre queremos llegar a alguna parte; Septiembre, el día 28 de este mes, octubre y la presentación de un libro, el concierto del sábado.
Siempre queremos ir a alguna parte.
Anoche en la terraza, con ese montón de estrellas ahí arriba pasando completamente de mí y de mis neuras, estaba la vida entera. Sólo ahí. En ese puto instante. Tanto calor, tanta sed, un cigarro, mirar instagram.
Detrás, en medio, no sé dónde, siempre está la esencia de la experiencia.
La sensación de estar vivo.
La sensación de estar vivo.
La sensación de estar vivo.
Repito tres veces la frase para entender que eso es lo único trascendente. La única verdad. Y el lenguaje tan sumamente corto como para expresarme.
La vida va tan rápida, corremos tanto. ¿Qué harás el fin de semana? ¿Sabes que voy a ser tita otra vez? Nueve meses, ¿qué cara tendrá?, ¿a qué hora nos vemos?, ¿conduciré yo?. Nos cierran la ventanilla del registro, date prisa. ¿Viviré alguna vez en una casa con jardín? ¿Cómo cojones sobreviviré a la muerte de los que quiero?
Y las estrellas quietas. Y la luz llegando. Y el calor de nuevo. Y este cuerpo sudando.
Nunca antes sentí la realidad tan extremadamente irreal. Vuelvo a la sensación de estar viva. Lo demás es mentira.
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