Mis padres son mi hogar. No digo el nido, digo el hogar. El refugio.
El otro día le cogí el teléfono a mi padre mientras lloraba. Yo. Él no, él no llora por teléfono, llora en persona. Me escuchó y me dijo: Ana, no te preocupes, venga, nosotros estamos aquí, y vamos a estar siempre.
Y entonces empecé a llorar aún más fuerte. Y las razones ya no eran las que eran y sí las que acababan de aparecer. Emocionarse. Qué maravilla. Emocionarte al saber que aquí, tan perdida en el planeta, tan solitaria en la tierra, siempre habrá un hogar donde descansar.
2 comentarios:
<3 <3 los abrazos también son hogar ...
<3
Me pillas con el pan falto en esto del tema "padres". Hay cosas que si quedan claras: siempre están ahí.
Bubo
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