viernes, 6 de agosto de 2021

QUÉ

En modo individual me pasó, quise encajar en un mundo que no me gustaba, pero era el que había, yo solo conocía ese; madrugas, trabajas, ganas pasta, esperas el finde para gastártela, ganas un poquito más, te casas, compras casa, coche, un par de hijos, asciendes, te vas de vacaciones, te vuelves a drogar cuando el dinero entra en tu cuenta bancaria, eres lo que ganas, lo que estudias, lo que 'progresas', los títulos que tengas, los diplomas que colgarás en tu salón. Me pasé un tiempo queriendo encajar en algo que en el fondo sabía que ni de coña era 'yo'. A ver si estos me quieren, a ver si estos me aceptan, voy a ver si me corto una pierna a ver si así, oh, no, dicen que me corte las dos y las orejas y que mi pensamiento es obsceno, que tome medicación, que no baile ni diga, que no destaque, que reine pero sin llamar la atención, que en la venta está la ganancia, que no seas tonta, engaña al seguro, métete eso en el bolso y no lo pagues que esto es una gran corporación...

En fin, lo que yo quería contar es que la solución jamás la encontré queriendo encajar yo en esa puta mierda que me ofrecían, y mira que lo intenté, anda que no lloraba yo los domingos por la tarde porque el lunes tenía que ir a trabajar... Y me estrellaba una y otra vez, me ahogo, muchacho, me ahogo queriendo que sea la hora de desayunar para salir de aquí, ¿por qué nadie me entiende, debo estar loca... soy profundamente subnormal, me podrías dar unos tranquilizantes más?.

Las soluciones que buscaba a través de la aceptación ajena o cambiar la forma de pensar de los demás me llevaban una y otra vez contra un muro de titanio de cinco kilómetros de extensión... Así que solo fue cuando supe que por ahí NO era, que tenía que enfocarme en la creación de un mundo mío, propio... en el que poder seguir siendo 'yo'. Y así se fue desarrollando el asunto; no terminé de encajar en ningún sitio, algunos me aceptaron así, otros cayeron estrepitosamente por el precipicio de uy, madre mía, cómo has cambiado, antes molabas más. Y pasé mis duelos y mis despedidas, pasé un tiempo perdida porque sabía dónde no quería estar pero no hacia dónde iría yo en este nuevo ahora en el que reconocía mis partes y mis dones y mis cualidades y capacidades y vete a saber.

Y así fue como se construyó este espacio en el que vivo como vivo, sintiéndome libre por dentro y ¿por fuera? Sí, por fuera también...

¿Qué está pasando ahora a nivel colectividad? ¿Ves la relación, la analogía, la fractalidad en lo pequeño/grande?. No voy a gastar más tiempo ni energía en querer cambiar a esos que viven de otro modo, con miedo o manipulados u obedientes a algo ajeno o seguidores de no sé qué ciencia que dice que no sé qué o lo que cojones sea eso que tienen en sus cabezas que me da bastante igual. La solución no pasa por seguir queriendo encajar en ese mundo asqueroso en el que habéis convertido vuestra majestuosa existencia, la solución pasará por la creación de un nuevo mundo para ¿unos pocos? No lo sé, ¿cuántos somos? Me da bastante igual, cuando fui construyendo lo que soy no sabía con quién contaba, pero aparecieron, surgieron, nacieron seres que antes ni siquiera sé lo que hacían con sus puñeteras vidas.

Y es así como creo que seguís perdiendo el tiempo quienes queréis convencer a no sé quién para que entienda y comprenda y acepte vuestra forma de ser y de pensar y que vean con claridad cómo se equivocan y desperdician el milagro de la vida vidorra y tal y cual yendo al médico a vacunarse, comprando mascarillas con brillis en el chino de enfrente o insultándome porque soy una irresponsable que quiere matar a mis padres porque no me lavo los cojones con su gel.

La solución no es convencer a nadie, como no lo fue para mí convencer a mi padre de que mi modo de vivir era mejor que trabajar de ocho a veintidós. El camino fue otro, había que abrirlo y desbrozar un campo aún no visitado que se fue gestando y formando y fui construyendo primero una senda y después fue un poquito más ancho y aproveché lo que decían de estar más loca que una cabra para ponerlas a pasturear por allí y luego se prendió una farola y uy, mira, si parece esto ya una autovía por la que transito cada día más cómoda y suelta y feliz como una perdiz.
Los otros siguen también en sus cómodas autovías de cinco carriles y salidas y vías de aceleración, conviven ambas formas en un mismo espacio al que llaman tierra y que también me da igual como se haga llamar.

¿Podríamos poner la energía, la atención, la voluntad en qué cojones vamos a crear de manera 'nueva', podemos dedicarnos a ver qué cosas salvaremos de ese otro mundo que ya no nos gusta ni nos pertenece, podemos decidirnos de una vez, con firmeza y determinación, en qué queremos? Qué queremos ser, qué queremos sentir, qué encaja con lo que somos? Porque si tenemos claro el QUÉ, los cómos irán apareciendo, nunca se empieza por el cómo lo haré, se empieza con el qué cojones quieres tú, ni siquiera es pensando en lo que NO, es afirmando y enfocando y decidiendo QUÉ quieres, QUÉ quieres, QUÉ quieres... Y después... ya vas a ver cómo la fuerza vital, la misma que hace convertirse un puto hueso de albaricoque en un árbol frutal que te dará más, se pondrá a tu favor o la pondrás tú, lo mismo tiene que lo mismo da, para que 'eso' que eran ideas y sensaciones y atisbos de... se pueda hacer realidad.

1 comentario:

José A. García dijo...

La solución es ser una isla en medio del océano de indiferencia.

Saludos,
J.