¿ Dónde miras cuando miras lo que es? ¿Fijas la mirada en las barreras, en las prohibiciones, en los obstáculos? ¿Qué ves cuando te ves? ¿Lo que te falta, lo que no tienes, los lugares a los que no puedes llegar, las personas que nunca serás, los dones que no tienes, el talento de otros? ¿Cómo percibes lo que se te da, lo que es, lo que acontece, lo que amanece? ¿Cómo te cuentas lo que te cuentas?
Hemos aprendido a narrar la realidad así, con sus inconvenientes, sus persianas bajadas, por ahí no podemos pasar, no me entienden, no me puedo expresar, mira todo qué mal está. Yo hice, hacía, recién hago lo mismo y me he cansado. Hay un abanico de puertas blindadas a mi alrededor, he dejado de ver solo los cerrojos... Oh, si hay un candado es que debe haber unas llaves, ¿dónde podrían estar, qué se puede hacer con los marcos, y con esta señal de prohibición...? Hemos aprendido a construir lo que es desde una diminuta ventana que lleva siglos sin limpiar.
Tal vez hay otra forma de estructurar tu pensar, ¿has valorado que quizá estás equivocado, o mejor dicho, que puede haber otro modo de ver y por lo tanto decir y hacer y ser?¿Y si el mundo es el que es porque tú lo cuentas así y perpetúas lo injusto, lo obsceno, esa única singularidad de entre la totalidad? Claro que existe, existe cada vez que tú te subes a ese carro del que tiran ochocientos caballos desbocados y me hablas del huracán y de los pedruscos que te hacen saltar y de la inestabilidad y del caos y de la madre que parió al caballo número diez.
Y si trabajamos en movilizar el foco desde el que miramos, y si tiramos del pelo que tanto mueve el viento y llegamos a otras formas... ¿cómo bajarnos de ahí, qué haremos en el supuesto después, qué escenario nos queda, qué vacío es susceptible de ser llenado, qué capacidades podemos desarrollar, qué potencialidades ansían existir? Que puede la mente haber creado esta rueda de ratón, la cuestión es si quieres inventar otras formas de rodar.
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