jueves, 24 de septiembre de 2020

La guerrera; humo y viento

 Un descanso, parar, salir de la senda que sin querer se estableció. Apartarme del laberinto; las ventas han bajado, los ingresos son pocos y el autónomo, el iva y esas otras mierdas ocupan demasiado espacio en este lugar.

Estoy cansada, le decía hace un rato a Estefanía. A veces se confunde, no estoy cansada de vivir, cómo podría cansarme aquello que soy. Pero estoy cansada de la maquinaria que pone a funcionar este escalón, esta situación, estas circunstancias. 

Sin darme cuenta he vuelto a crear un enredo, llegar a fin de mes o mantenerme como 'debería' ser. Que lo que hago me aporte dinero para ... Así, la acción pierde frescura, espontaneidad. Ha vuelto la maraña de pensamientos a conformar una red en la que he vuelto a caer. 

No sé por dónde es, solo quiero parar, no quiero seguir por aquí. Hacer cosas para mejorar económicamente, hacer cosas para... Ya sabía yo que el hacer por hacer es el paraíso en el que pocos saben vivir. 

Me he vuelto a alejar, del nacimiento, del ímpetu natural, de la pulsión, del instinto. Yo no soy nadie en realidad. Me he vuelto a confundir. 

2 comentarios:

Bubo dijo...

¡Es tan fácil perderse! Un día haces algo que no te gusta pero es bueno para alquien, para ti también y te das cuenta que al poco vuelves a hacerlo. ¡Y lo peor! Se convierte en rutina. Y nos vamos "perdiendo" de lo que eramos, haciendo algo que no somos. ¡Es tan fácil perderse! Y pasa un día y otro sin darnos cuenta. Pero eres afortunada, sabes que no es el camino, aunque lo sigas y tengas que seguirlo un tiempo, solo necesitas para un momento en un recodo, y saber quien eres para elegir otro camino. O incluso el mmismo, por que a veces cambiar y volvernos transigentes con nosotros es tan buena opción como reventarlo todo.

Nebroa dijo...

Soy consciente de la fortuna del darse cuenta, es a veces solo eso lo necesario para que los cambios lleguen, como bien dices, incluso sin que cambie ese exterior. Muchas veces lo que se ve es 'igual' que lo que se veía, pero el cambio está en ese otro lugar interno que coge las riendas en vez de dejarse llevar.
Es fácil perdernos, Bubo, la mente es así, con sus condicionantes y causas y efectos y enredos... Pero ay, ese darse cuenta, esa magia!