¿Sabes? Yo no sé de términos ni de movimientos, no sé de conceptos que agrupan formas de comportamiento, no sé cómo se llamó a la revolución de los, ni a la decadencia de las, ni siquiera sé como se llama el autor del libro que más me ha gustado en la vida. No sé expresarme en tal manera que aquellos que me escuchen puedan (bien) entenderme, no sé de filósofos ni filosofías, ni lo que dijo Platón ni si era su sobrino Aristóteles o Sócrates. En el devenir de esta existencia enigmática, milagrosa, abrumadora tan llena de incógnitas como de flores y tan impregnada de dudas como de gatos callejeros me quedo con los pétalos y con el ronroneo del gato cuando lo acaricio.
No serviría yo para dar charlas, conferencias ni ponencias en un congreso, quizá solo ser sea la virtud de los que como yo siguen vivos cuando han querido morirse de tan enjaulados, asfixiados y perdidos que se encontraron. Solo ser. Ser vivida, no pensada. Ser vivida, no narrada. Ser nada y a la vez, ya me entiende usted, ser también todo lo demás.
2 comentarios:
Para ser hay que saber qué es lo que quiere, precisamente, ser. Y eso, mucha gente no lo sabe ni después de muerto.
Saludos,
J.
En el momento en el que queremos ser 'algo', es cuando se jode la vida vidorra, o más que joder, es cuando la empequeñecemos.
Publicar un comentario