Me cayeron encima las hojas de olivo
y bañó el rocío el despertar
de los niños que me habitan.
Trajo el amor los columpios
y las cometas.
Respiré ciudades enteras
en cada sorbito de café.
A los perritos abandonados
nos basta una canción
para ser un concierto en un estadio,
para saltar al vacío
desde los bordillos,
para convertirnos,
de nuevo,
en azul.
1 comentario:
Convertirse en azul parece una buena opción, pero para poco tiempo.
Me quedo con:
Respiré ciudades enteras
en cada sorbito de café.
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