sábado, 31 de agosto de 2019

Me cayeron encima las hojas de olivo 
y bañó el rocío el despertar 
de los niños que me habitan. 

Trajo el amor los columpios 
y las cometas. 
Respiré ciudades enteras 
en cada sorbito de café. 

A los perritos abandonados 
nos basta una canción 
para ser un concierto en un estadio, 
para saltar al vacío 
desde los bordillos, 
para convertirnos, 
de nuevo, 
en azul.

1 comentario:

Bubo dijo...

Convertirse en azul parece una buena opción, pero para poco tiempo.

Me quedo con:
Respiré ciudades enteras
en cada sorbito de café.