Confusiones

De tu cara y la barba y el ovillo del recuerdo va quedando solo el continente. 

Está despejándose el horizonte y la línea indivisible que atrapaba esta nueva vida y aquella no vivida.

Éramos monte y norte y luciérnagas y yo no sabía elegir con qué quedarme. Lo que fui, la mujer que te amaba y esta áspera piedra que te habla. 

Como la miel embebiendo los vértices, el centro, los costados, las arrugas de mi frente, la sombra de la lengua, las avispas, así tu recuerdo bañando y arañándome el presente. 

Y sigue la riada, es cierto, sigue el pasado volcando hechos y frases, pero la inundación va dando paso a este agua de primavera y allá donde había enredo se despejan ahora las partes.

Tú en un lado. La mujer que te amaba en otro. 

Poder distinguir que una cosa es tu cara y otra distinta el amor que me habitaba.