viernes, 29 de marzo de 2019

Hay una brecha en los agujeros

Me podrías decir dónde meto esta mala leche con café y pastitas de té. Me podrías decir que me echas de menos. Invéntatelo, qué más da. Total, te pasas la vida inventando un destino, un sueño, una mierda de futuro que no sé si te has dado cuenta que nunca llegó. 

Me podrías decir 'anda y que te den de una vez', porque entonces yo podría llorar fuertefuerte, y tirarme por el balcón del entresuelo, caer de pie, fingir que no me he hecho daño y con vaivén de pelo suelto, hacer como si nada hubiera pasado. 

Me podrías decir qué hiciste con tus ganas de amar, o mejor, me podrías decir por qué nunca las tuviste tú y siempre tengo tantas yo. El por qué de los meteoritos, el por qué no queda ni un solo dinosaurio al que subirnos y por qué ahora le ha dado a toda esa gente por buscar un unicornio azul. 

Me podrías decir para qué tanta historia y penas y muros al final de la canción, por qué no salen los sueños tal y como yo me los imaginé y sin embargo, míralos, por qué se quedan ahí momificados en el museo de cera de la puta estación a la que me mudé. 

Me podrías decir para qué fabriqué Ítaca y la madre que la parió. Por qué me invento que estaría mejor si todo hubiera sido así o asá o ñiñiñí. Me podrías decir por qué no pude ser yo la genio de la lámpara de la mesita de noche de al lado de la cama que nunca tuvimos tú y yo. Me podrías decir todo eso o esa mierda del te echo de menos que se te olvidó. 

Me podrías decir que blá blá blá. 
Me podrías decir. 
Pero no. 
No. 
Otra vez no. 

1 comentario:

Bubo dijo...

No esperar nada es una buena manera de no llevarse desilusiones. No pides nada a nadie, solo queda que tampoco te pidan a ti.