viernes, 15 de marzo de 2019

El marrón del arcoiris

Íbamos a ser amarillo, unos ojos chispeando como las bengalas en mi cumpleaños. Y cometas y dos monos pequeños saltando por las lianas de la selva, de los semáforos, de la parada de autobús. Íbamos a ser cervezas del maletero camino de la playa, qué qué playa, yo qué sé, queríamos ir a todas, total, íbamos a ser barquitos navegando, sábanas limpias y el verbo derramar. 

Íbamos a ser naranja, un bizcocho de mi madre recién hecho que llevábamos a la fiesta de Luis. O de Jorge. O de Rubén. Yo también quiero, decías, quiero lo mismo que tú. Exactamente lo mismo. Pero luego no era eso del todo, no era azul celeste ni verde limón. Que se quedó en negro todo aquello y que ojalá que algún día vuelva a ser blanca yo. 

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