miércoles, 23 de enero de 2019

Una miguita de pan en medio del mar

Pero si yo lo que quiero es que me abracen, hacerme una bolita pequeña y llorar hasta quedarm dormida. Yo lo que quiero es que me abracen de nuevo, que me acurruquen, que me sostengan. Lo que quiero es meter la cabeza en un agujero, en el hueco ese entre unos brazos. Lo del pelo, lo de mecer, lo de decirme que no pasa nada, que bien, que sí, que me quieren, que me tienen, que en medio del mar hay una barca de madera a la que poder subirme a descansar. 

Pero si yo lo que quiero es eso, rodearme de los buenos, la cercanía, el cariño, el amor del bueno. El abrazo, el abrazo es necesario, imprescindible. Esa es la barca que equilibrará esta deriva. Que necesito un abrazo, pero sobre todo necesito dejarme abrazar. 

Que se me ha quedado un cuerpo tan frágil que hasta miedo me da que me toquen, por si me rompo del todo, por si se pasan con las fuerzas y luego ya no me puedo incorporar. Soy pedacitos. Soy tristeza. Y todo lo demás. 

No hay comentarios: