miércoles, 17 de octubre de 2018

Salvaríamos el planeta entero si comenzásemos por lo individual

Pero aún hay quien quiere tener hijos para adornarlos, para pasearlos en el mejor carricoche del mercado y que si la cuna no es nueva sabe, a la perfección, que no se criarán bien.

Y aún hay quién necesita de una pareja para sentirse más y más solo, porque precisamente la soledad es lo que más ansía, por mucho miedo que dice que le da, y buscará aquel tipo o tipa con quien la pueda experimentar. 

Aún hay quién cree que no sabe dibujar. Dibujar. No saber. No van en la misma frase por más que todos los directores de todas las galerías de arte lo dijeran en el decálogo del buen crear. Todo el mundo sabe dibujar, porque dibujar es pintar con un lápiz. Nada más. 

Y aún hay quién no improvisa, quien declina planes por no ir vestido para la ocasión. Y quién cree que si alguien te deja es porque tiene a otro a quién amar, como si eso alguna vez NO fuese verdad. Siempre hay alguien a quién uno quiere más cuando se deja una relación, siempre hay alguien a quién amar más y mejor y es uno mismo, y que por eso te dejan, coño, a ver si te enteras de verdad.  

Y que aún hay quién quiere saber el sexo del hijo del mejor carricoche al que adornarán. Digo yo que será porque saben que las mujeres son así y los hombres asá, porque claro, como los conocen a todos, ya saben de antemano cómo será el hijo al que, por supuesto, ni puta idea de criar cuidar. 

Y quien mira en internet cómo educar, y quien estudia una carrera para el contento familiar mientras se hace más pequeño cada tarde delante de su Mac. Y es curioso que cuanto menos practiquen unos padres el idioma emocional, más idiomas querrán que sepan sus hijos, los del lazo en la cabeza y la ropa de mayoral. 

Y que aún hay quién se indigna, como yo, cuando ve un mundo irreal que parece verdad. 



1 comentario:

Laura dijo...

La excusa siempre es el camino mas corto....hacia todas partes.
Saludos