martes, 16 de octubre de 2018

La atención y otras verdades pasajeras

Buscar el amor dentro y tener que traer recuerdos. Cerrar los ojos y rememorar que una vez, antaño, albergaba lo tierno y el deseo de la carne y el rato a medias. Escuchar el café caer en la taza y saberme recipiente esperando ser llenada y colmada de algo que se parezca un poco menos a este otoño que me acaba de entrar. 

El amor. Como si hubiera olvidado que solo son trozos sueltos. Digiero y me oxigeno, tengo un estómago y unos pulmones que se encargan de ello. ¿Pero digiero y me oxigeno solo cuando lo pienso o siento? No, ya sé que siempre sucede, como el amor dentro. Son trozos, digo, porque parece que solo existiera cuando le presto atención. Supongo que no me explico, pero yo al menos me entiendo. 

Amar a alguien y ver el hueco es lo que ha pasado antes, cuando empecé este texto. En la media hora previa no había emociones, ni tiernas ni de ausencia, hasta que zas, el café cayendo me lleva al destierro fugaz y momentáneo de saberme recipiente vacío hasta que yo sola me lleno, cuando termino este texto. 

1 comentario:

El Árbol Rojo dijo...

Claro que te explicas ... ay ... los trozos , los destierros ... si, “siempre sucede” más no siempre tenemos la consciencia armada ... y claro , podemos auotabrazarnos y llenarnos... y saber y sentir que si ... si.
pero también ! Que hermoso sentir los abrazos de los otros, del bosque , de los gatos ... de la mirada , de estas líneas ...