domingo, 3 de junio de 2018

Uno y uno no son un par

Me dijo, no sin cierta vergüenza, que prefería que no fuese a compartir unas cervezas con sus colegas alquilados para la ocasión. Me dijo, días atrás, '¿no pensarás que antepongo otras cosas a nuestra relación?'. Me dijo, el martes anterior que al final no podíamos comer juntos porque le habían salido un par de cosas urgentes. Me dijo, cuando nos vimos en el oasis compartido en medio de las urgencias, que estaba realmente cansado como para poder hacer el amor. 

Me dijo que fuese a verlo al finalizar el concierto. Me dijo tres bromas por teléfono muy seguidas que hicieron que me taladrara una carcajada. Me dejó algo de dinero también. Y me invitó a gambas hace un par de semanas. Las llamadas de teléfono son habituales a diario, por lo que los días se me hacen muy entretenidos. 

No nos iremos a vivir juntos ni queremos casarnos. No mostramos a nuestras familias, no vemos la tele juntos ni hay un futuro simbólicamente compartido en planes en común. Somos dos seres individuales, uno se empeña en mantener bien definidas las parcelas inquebrantables de su soledad y yo me empeño precisamente en quebrantar las propias. Somos una pareja que no puede llamarse pareja. Somos uno más uno igual a uno más uno. Nos queremos muchísimo, de verdad. Nos queremos de esta forma horrible y asquerosa que acabo de narrar. 

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