lunes, 21 de mayo de 2018

Se acabó para siempr... para ahora mismo.

Se corta la llamada en medio de las palabras 'te quiero'. Como si Julia no quisiera escuchar la frase entera y guiara las circunstancias para que en ese preciso momento la compañía telefónica dejase de dar servicio a nuestras líneas. Ahora da comunicando, supongo que o bien me está llamando ella o algún otro alguien ha decidido llamarla en este sagrado instante. 
No importa, luego se lo diré. Me pregunto cómo responderá al resto de palabras que se me han quedado en la boca. El 'pero' que iba después era muy interesante, abría un montón de ventanas a una nueva etapa entre nosotros. Los 'pero' suenan a anulación de la frase anterior. No sé qué no sé cuántos, pero, blá blá blá. Escuchas la última parte y ésta difumina, aplasta, extermina la primera. 

Cuando podamos hablar y pueda terminar de expresar la determinación provisional (todas las decisiones lo son) que he tomado acerca de nosotros, cambiaré el pero por el y. Te quiero y... quiero también que... ¡Oh! Siempre andamos queriendo cosas, ¿te das cuenta?. Quiero un coche, quiero una casa, quiero dinero, un trabajo, una novia, quiero ir al mar, quiero la montaña, quiero calma, quiero morirme. Nos pasamos toda la vida queriendo algo. ¿Te has preguntado para qué queremos siempre cosas?. Qué falacia tan absurda porque además luego llega un momento en el que no sólo queremos si no que también creemos ¡que las merecemos!. Y el desastre está servido. 

Mira, ya me está llamando Julia, voy a cogerlo a ver qué 'quiere'. Seguramente lo que quiere ahora no va a ser lo mismo que quiera después de oírme decir: Te quiero y quiero también que terminemos nuestra relación. 

Vaya. Llamada perdida. Mejor me espero, que la determinación era provisional y quizás ya la haya cambiado. 

2 comentarios:

Bubo dijo...

Los "pero" y los "y si", son SATAN.

Nebroa dijo...

jajjaj Oh yeah!!